sábado, 24 de mayo de 2014

Maestros

" Un Maestro es aquel que puede transformar las cosas. U un Maestro es aquel que domina a los elementos, que domina todo su Ser. Un Maestro es aquel que posee el Poder en la Palabra"
Una ligera brisa soplaba aquella tarde en la charca. La misma ligera brisa que había traído hasta allí aquel trozo de papel.
Una pequeña mariquita, conocedora por sus viajes del lenguaje de los hombres leía, a petición del sapo, aquella hoja arrugada y desgastada, quizá un retazo de algún libro antiguo.
Un búho llego volando, uniéndose al grupo.
- Sabías palabras- dijo a modo de bienvenida.
El sapo dio un salto de alegría al oir la voz del búho.
- ¡Hola Maestro! ¡Que bien que hayas llegado, así podrás explicarme que significan esas palabras! Bueno, en realidad no quiero saber todo el significado, sólo aprender a hacer todo eso.
- Mi querido amigo sapo- dijo con su voz pausada el búho- Lo primero que aprende un mago es paciencia. ¿Crees que si pasas toda la noche en vigilia, aguardando el amanecer, el sol saldrá antes por el horizonte? ¿piensas que si todos los días echas agua sobre una semilla, esta se convertirá antes en una flor? Toda transformación tiene un tiempo determinado bajo el sol.
- Vale. ¿y si busco más trozos de papel como ese y los leo, aprenderé antes a ser un mago?
El búho giró completamente la cabeza y resopló. No tenía muy claro si decirle al sapo que además de impaciente corría el riesgo de volverse pretencioso o si por el contrarío lo mejor sería reirse de la ignorancia del sapo. 
- Querido sapo, todo necesita un tiempo de maduración y es importante ser aplicado. Pero primero debes aprender a respetar el Equilibrio de las cosas y lo más importante: la responsabilidad que tienes para todos tus actos.
El búho miró al sapo, esperando encontrar en sus ojos la confirmación de que había entendido lo que le acababa de decir, pero sólo encontró más dudas en sus ojos. Tomo aire de nuevo y decidió explicárselo de otro modo.
-- Imagina que aprendes a conjurar a los Cuatro Elementos. Con tu mente y con tu voz podrás hacer fuego, viento, lluvia y mover la tierra que pisas. Un día, decides que llueva, porque quieres demostrar a los demás que puedes hacerlo. Unes las nubes, aparecen relámpagos y una lluvia torrencial inunda el lugar. Tu ego se hace inmenso, porque has provocado lluvia, has demostrado tu poder. En esos momentos que tu magia ha obrado, una familia de pequeñas mariquitas se disponía a salir a por comida. Con la lluvia y sin saber nadar ni poder volar todos mueren. El único responsable de esas muertes eres tu. ¿asumirías esa responsabilidad?
- Bueno, sería una tragedia- contesto el sapo- pero yo no sabía que ellos estaban ahí. 
- Exactamente. Por muy grande que sea tu poder nunca lo conoces absolutamente todo. Cada cosa que hacemos tiene unas consecuencias. Si tu provocas un poco de lluvia porque hace tiempo que no llueve será una buena acción pedida y aprobada por todos. Pero si lo haces para demostrar que tienes mucho poder, alguien correrá peligro, incluso tu mismo.
Los tres guardaron silencio durante unos minutos tras los cuales el búho volvió a hablar.
- Imagina ahora que quieres que alguien sea tu mejor amigo. Lo quieres tanto que sólo quieres que su amistad sea para ti. Utilizas tu magia para que así sea. Pero en realidad, tu no quieres su amistad, lo que quieres es que esa persona sea tu esclava porque tu estás solo y en vez de ser agradable para tener amigos, tienes que encantar a los demás para que estén contigo, cuando lo mejor para todos sería que tú fueses agradable y bueno. A la persona a la que acabas de adquirir, como si fuese la compra de un objeto, la tendrás contigo, pero no por ti, sino por un hechizo. A esa persona le estás quitando su libertad para decidir con quién quiere estar y antes o después, esa persona se encontrará sola y triste y solo será tu sombra, no ella misma. Si tu ego es más fuerte que tu bondad, te dará lo mismo. Entonces tendrás que  asumir que has encarcelado a alguien y que eso no es justo. Si a pesar de ser consciente de eso, te sigue dando lo mismo, El Equilibrio Supremo actuará, ese si es el Gran Poder que está por encima de cualquier cosa, la persona a la que hechizaste se alejará de ti y estarás solo. Por regla general, quién actúa siempre con la justificación de su ego utilizando a cualquier ser que este a su lado en su propio beneficio te dirá que eso son tonterías. Pero observa y da tiempo y verás que ese tipo de seres siempre terminan solos y con falta de alimentos.
- ¿Y porque hay gente que siendo buena y generosa también están solos?- pregunto la mariquita.
- Buena pregunta. En realidad no están solos, están bien con ellos mismos. Los que respetan el Equilibrio suelen darle poca importancia a la ostentación de grandes casas, saben que eso es transitorio. Y la mayoría de veces, tienen pocos alimentos porque los reparten con los demás.
Un nuevo silencio se hizo en la charca.
- Cuando sepas que todo lo que haces tiene consecuencias y sepas con certeza evitar las consecuencias negativas para alguien. Cuando seas incapaz de hacer daño a nadie porque al único que perjudicas es a ti mismo y porque todos somos uno y debemos respetar a todo ser viviente... entonces y sólo entonces serás un gran mago. El resto de cosas solo son pequeñas ilusiones efímeras para embaucar a otros que desaparecen tan rápido como aparecen.
El búho alzó el vuelo, dejando en el aire sus últimas palabras.   

 

miércoles, 7 de mayo de 2014

Aprendiendo diferencias

        Ver amanecer siempre era un espectáculo maravilloso. Nunca había uno igual que otro. Cada uno tenía un encanto diferente. El sol siempre salía por el Este, y aunque a primera vista pareciese que todo estaba como el día anterior, sólo fijándose en los pequeños detalles veías que eso no era así.
El viento podía haber hecho caer una hoja, el rocío de la mañana resbalaba o se aposentaba en cada lugar de un modo distinto. Eso provocaba miles de posibilidades de un espectáculo diferente cada día..
 En esas observaciones y divagaciones andaba una mariposa, siendo consciente de que aunque todo parecía igual en el día a día, en realidad todo era diferente.
Una hormiga, cargando un enorme grano de maíz, bordeaba con mucho cuidado la charca. Se paró para coger aliento bajo una hoja de arnica. En ese mismo momento, una gota de rocío resbaló, dejando completamente mojada a la pobre hormiga y al maíz que portaba.

- ¡No! ¡Hoy esto no tocaba! - dijo muy cabreada- la jefa volverá a enfadarse conmigo, me sacará a patadas del hormiguero. Me quedaré sin cuarto para dormir, sin mi ración de comida. Dejaré de ser útil a los demás, seré expulsada de la organización, del hormiguero, ¡del mundo!

Y comenzó a llorar. Aunque no sabía muy bien si era por rabia, impotencia, o tristeza.

La mariposa giró la cabeza al oír gritar. La escena era para una sonora carcajada. El casco que llevaba la hormiga goteaba. El uniforme, con una pequeña hoja de color rojo en el pecho, distintivo de la colonia a la que pertenecía, estaba tan mojado y arrugado que parecía una tremenda mancha.

- Buenos días. Veo que ha sufrido un pequeño contratiempo. ¿Puedo ayudarlo?

La hormiga no escuchó a la mariposa o, al menos,  no se dio por aludida. La pobre mariposa, haciendo acopio de todas sus fuerzas para no reír, volvió a preguntar.

- Disculpe señora hormiga. ¿Puedo ayudarla?

Esta vez la hormiga si contestó, dándose la vuelta y poniendo sus patas superiores en la cintura.

- ¿Ayudarme? ¿Una mariposa? ¡No me hagas reír!

- Puedo ayudarte a llevar el grano a tu colonia, si eso es lo que necesitas.-dijo amablemente la mariposa.

La hormiga miró a la mariposa como si de un espejismo se tratase. y acto seguido rompió a llorar.
se tapaba sus pequeños ojos con las patas mojadas, lo cual hacía difícil distinguir entre el rocío y las lágrimas.

La mariposa no sabía que hacer. Después de unos segundos, en los que la hormiga no dejó de llorar, la abrazó. Solo eso: un abrazo.

La hormiga tardó en dejar de soltar lágrimas y poco a poco y a borbotones, comenzo a hablar:

- Gra... gracias. Es que si no llevo la comida a la colonia me pueden echar de ella. También dejarme en las celdas de castigo, recordarme que soy un inútil... dejarme sin techo, sin comida. 

- Vaya- la mariposa miraba tristemente a la hormiga mientras hablaba- Y si abandonas la colonia?
 
- ¿ Estás loca? ¡ Todo ser vivo necesita un lugar donde estar, contribuir, comer. Y para todo eso hay que dejarse gobernar por un jefe.

- Yo ayudo a las otras mariposas, como, vivo y tenemos grandes líderes. Pero eso es respeto y colaboración.- dijo la mariposa.

- Yo soy una hormiga. 

- ¿ Sabes una cosa? Quizás tu seas una hormiga. Quizás también, estés acostumbrada a obedecer para permanecer en una colonia donde te hacen sentir útil.... pero quizás si una hormiga abandona la colonia, pero no el compañerismo, otras también lo harían. Y los jefes se quedarían sin esclavos. Entonces aparecerían líderes, no tiranos.

La mariposa cogió aire.

Y quizá todo esto sólo sea un sueño y nunca nadie dijo que cumplir un sueño fuese fácil. A lo mejor todo esto que te estoy diciendo es difícil de hacer. Pero no sabremos si esto es posible si no lo intentamos, ¿no crees?

 Muy cerca de alli, un sapo escuchaba atentamente.